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Las Termas conocidas como los Baños del Obispo

Emblema familia Pérez-Villamil, en forma de óvalo de metal dorado con las iniciales PV grabadas, rodeado por una orla modernista dorada
Emblema de los Pérez-Villamil en la portada de album de fotos

Perdona, amigo lector, en este caso deberás tomar este texto con mayor prevención que otros que suelo ofrecer. A diferencia de otros estudios, en este caso me basaré mas en testimonios vivos que en antiguas escrituras y legajos, e incluso haré mis pinitos en genealogía. A medida que vaya obteniendo detalles o resolviendo ambigüedades, los iré incluyendo.

Existen testimonios desde muy antiguo de la existencia de unas termas o baños públicos en Sigüenza, conocidos como los Baños del Obispo. Primeramente recopilaremos aquí las escasísimas referencias que existen a dicha instalación, de "carácter verdaderamente monumental" según Manuel Pérez-Villamil, que contempló personalmente las ruinas, aunque inmediatamente la noticia pareció caer en el mas absoluto de los olvidos y aparentemente no ha merecido la atención de ningún estudioso hasta ahora. Por cierto, aquí tienes una breve semblanza de dicho escritor, que tan interesantes aportaciones realizó a la historia del arte en España, realizada por un nieto suyo (¿quién mejor?).

Sabemos que las ruinas estaban en el Barranco del Vadillo (o Badillo, según preferencias), ¿pero dónde? Cuesta trabajo creer que con tanto movimiento de tierras que hay en el Vadillo últimamente no haya aparecido ningún resto en los mas de cien años transcurridos desde la asombrada descripción de Pérez-Villamil. Pero no nos adelantemos y vayamos paso a paso.

La primera noticia conservada

En la monumental obra[1] de Toribio Minguella se recogen los testimonios documentales mas antiguos de la existencia de estos baños:

Aditio etiam medietatum omnium episcopalium reddituum. seu ceterarum omnium hereditatum ejusdem ville saguntie, medine, sancti iusti, et attencie. et in omnibus terminis earum medietatem. scilicet in universis eris. et episcopalibus bannis. in terris. vineis. modendinis. ortis. et pascuis. et in tendis. et villis. ([1] página 375, Colección Diplomática, nº XXIII - Año 1144, Donaciones de Don Bernardo hechas al Cabildo al instituir los canónigos regulares de todos los diezmos y oblaciones de esta iglesia y la mitad de todos los frutos episcopales en Sigüenza, Medina Celi, Santiuste, Atienza y sus términos, etc.).

Ea propter ego petrus segontine sedis episcopus. pro salute anime mee et pro animabus omnium parentum meorum. tribuo et concedo vobis dilectis in christo filiis omnibus segontine ecclesie canonicis. mediatem omnium episcopalium redituum in molina, refectorii usibus semper absque; aliqua diminucione profutura. in decimis. in calumniis. in portaticis. in episcopalibus etiam bannis. necnon in salinis. excepto quod ad usus laboris ecclesie integre reservetur quuid quid ex salines provenerit. usque dum altariorum capita cruxque ecclesie tocius da integrum construatur. ([1] página 398, Colección Diplomática, nº XLII - Año 1156, Donación del obispo Don Pedro al Cabildo de las décimas de Molina).

Este obispo sería Pedro de Leucata (obispo desde 1251 a 1258). Ya en el siglo XIV tendremos la siguiente noticia sobre los baños del Obispo, nuevamente recogida en la obra de Toribio Minguella.

Item del espital e dela casa del nuestro huerto e dela casa del huerto del baño e de las casas que se tienen con el granero del dicho cabjllo que dizen de la calongia tenemos por bjen e mandamos quelas mjnucias destos lugares... ([4], página 444, Colección Diplomática, nº IL - Año 1318, 11 de Agosto, Sentencia arbitral dada por el obispo don simón y el abad de valladolid en el pleito que sobre parroquialidad tenían el capellán mayor de la catedral y los clérigos de santiago y san vicente)

Existe una noticia indirecta sobre los mismos, esto es, a todas luces se trata de los mismos baños, pero no es explicita. Ocurre durante la prelatura de Rodrigo (1192-1221), en la cual se produce un sorprendente incidente: el obispo es acusado de lo que podríamos denominar un homicio involuntario, que le deja tan apesadumbrado que hasta rehuye presidir el culto, quizás por temor a represalias. La supuesta víctima es un joven del cual no se proporciona el nombre, pero la sentencia exculpatoria para el obispo de una comisión de legados pontificios nos da una pista de las diversiones que existían en la Sigüenza de principios del siglo XIII: tras los golpes propinados por el obispo, el finado habría frecuentado no obstante los baños y las tabernas de la ciudad ("intrans nichilominus balnea et tabernas"), como muestra de su buena salud. (Carta de Inocencio III (1198-1216) del 24 de noviembre de 1209, dirigida al obispo Rodrigo de Sigüenza. Texto recogido en Pedro Olea. Documentos pontificios para la historia de la Diócesis de Sigüenza (siglos XII-XIII). Wad al-ayara, nº 13 (1986)).

Ya desde muy antiguo el obispo tenía propiedades en el barranco del Vadillo, y en concreto una finca vallada, la cual todavía subsiste, siendo conocida por el mismo nombre con que lo era hace casi 700 años: "El Bosque". Así, en 1353 tenemos noticia[4, página 13] de que (refiriéndose al obispo):

tiene mas su señoría un Bosque todo cercado con una casa dentro del que pasa por medio el arroyo que llaman de el Vadillo.

Los baños públicos en la época

A medida que avanza la Edad Media, en toda Europa se produce un renacimiento urbano y con las urbes el resurgir de una costumbre característicamente romana: los baños públicos. A juzgar por los testimonios conservados, éstos debían ser una pingüe fuente de ingresos. A medida que avanzaba la reconquista cristiana en la península, los baños árabes conservaban su uso o bien si no existían estos o eran insuficientes, se construían unos nuevos. Este parece ser el caso de Sigüenza, donde quizás se reaprovechasen restos de alguna terma romana, a juzgar por las características de arte románico que distinguió en él nuestro estudioso Pérez-Villamil, como dentro de poco veremos.

Los baños eran muy concurridos, estando dicha concurrencia segregada por sexos y por religiones. No conocemos las normas que los regirían en Sigüenza, pero serían similares al Fuero de Cáceres (1229) que lo plasma de la siguiente manera:

Las mulieres entren en banno in die dominico, et die martis, et in die jovis, et los varones entren enos otros dias.... Todo home que entrare en banno en dia de las mugieres de sol a sol, peche un maravedí al concejo: et otrosí fagan las mugieres. Et si el bannador homes metier en el banno el dia de las mugieres, peche 1 maravedía al concejo [2, p.363]

Este resurgir de los baños tuvo corta duración, cuando se convirtieron en una excusa -si no lo eran antes- para la prostitución y otros excesos, como claramente se intuye en el texto antes citado. La promiscuidad y falta de higiene en los mismos los convirtieron en sospechosos de propagar las numerosas epidemias de la época, por lo que en buena parte serían cerrados y sólo se conservarían aquellos a los que se atribuía un fin puramente higiénico o medicinal (los antepasados de los modernos balnearios).

Comentario de Pérez-Villamil al texto anterior

En su magnífica obra "La catedral de Sigüenza" [3], Pérez-Villamil consigna la siguiente Nota al Pie en la página 53:

Esta noticia de los Baños del Obispo, episcopalibus bannis, nos ha hecho recordar que con motivo de la horrible inundación que en el año de 1880 sufrió el barranco del Vadillo, el día de San Agustín, se descubrieron en la huerta que en aquel lugar fue de nuestros padres y hoy posee una hermana nuestra, las ruinas o cimientos de unos baños de carácter verdaderamente monumental, pues sobre ser muy gruesos los muros, tenían en las entradas de las pilas o albercas basas de columnas de estilo románico, como las de la catedral, con garras sobre los vértices de los plintos. ¿Estarían allí situados estos baños episcopales a los que alude la donación de Don Pedro? Es muy posible, tanto más cuanto que el sitio resultaba intermedio de la iglesia y de la fortaleza episcopal.

El 28 de agosto de 1880 -día de San Agustín- se produjo una avenida de agua en el Barranco del Vadillo, que arrasó o dañó buena parte de las estructuras que encontró a su paso. Además de los daños ocasionados en el propio barranco del Vadillo, produjo desperfectos en buena parte del cauce del río y aledaños, llegando a desenterrar ataúdes en cementerio de Sigüenza (en aquél entonces situado adyacente a la ermita de Nª Sª de los Huertos) y ocasionar daños diversos hasta la localidad de Moratilla. Para entender esta avenida, además de considerar la posibilidad de una gran precipitación veraniega, hay que tener en cuenta que muchas de las fuentes que hoy se secan al llegar el estío antes manaban todo el año y que los arroyos del Vadillo y del Tinte eran lo bastante importantes como para sustentar baños, batanes, molinos, tintes, alfarerías, etc. en fin, una variada industria; así en 1777 se recordaba "que la India de Siguenza se hallaba en el Arrollo llamado el Badillo, donde estaban situadas las tenerías, y en que subsisten algunas" [11]. En la actualidad al llegar el verano se secan, algo inconcebible hace algunos años. El culpable: la sobreexplotación de los acuíferos de la zona, que se agrava a medida que van pasando el tiempo. Y no sería la única inclemencia metereológica que sufriría la zona: en una fecha tan reciente como el 24 de mayo de 1993 un tornado derribó buena parte de la arboleda del valle y causó serios desperfectos en las construcciones.

Vieja fotografía arroyo del Vadillo

Barranco del Vadillo. Año 1958.


Como ya sabemos, una de las fincas mas gravemente afectadas pertenecía a la familia Pérez-Villamil. Esta familia llegó a Sigüenza en el siglo XIX, en la persona de Juan Fernández-Villamil, canónigo, (1746-1817?), quien traería [8] a su hermano José Ramón (1768-1835), ocupando ambos cargos en la administración eclesiástica de la ciudad. Minguella [12] afirma que eran sobrinos del famoso [9] jurisconsulto e historiador asturiano Juan Pérez-Villamil y Paredes (1754 - 1824) [10] , que llegaría a ministro con Fernando VII, posiblemente autor del manifiesto del alcalde de Móstoles con el que comenzaría la Guerra de la Independencia. Sin embargo, en el transcurso de nuestra investigación no hemos encontrado ninguna prueba de dicho parentesco. En 1813 ambos vivían en el Barrio de San Roque, en una casa alquilada al Hospital, pagando 50 ducados de renta por la misma. Juan Fernández-Villamil trajo de Asturias a su vez a su hermana (Lázara Fernández-Villamil, muerta en 1837) y a un sobrino suyo, Manuel Pérez-Villamil Fernández-Villamil, que estudiaba abogacía en Zaragoza, padre del historiador Manuel (Bruno) Pérez Villamil García, el cual nos proporciona las noticias cuyo rastro estamos siguiendo. La finca fue adquirida a D. Ruperta de la Peña y Bárcena, heredera de un vecino de la localidad, Lucas Martínez, quien en el año de 1829 la obtuvo como pago de deudas. En el Amillaramiento de 1863 se describe la finca como perteneciente a Manuel Pérez Villamil del siguiente modo: "huerta de regadío en el Badillo, que linda al saliente con La Raposera y poniente el Badillo".

En el siguiente cuadro resumo aquellos datos que he logrado reunir de la familia a partir de los libros de la parroquia de San Pedro en Sigüenza. El cabeza de familia, Manuel Pérez-Villamil Fernández-Villamil, abogado, natural de la parroquial de Santiago de Villapedre, concejo de Navia, Asturias. En dicha localidad asturiana residían sus padres, Santiago Pérez-Villamil y Francisca Fernández-Villamil.

Manuel Pérez-Villamil Fernández-Villamil
(muerto en 1873)

María del Carmen García Somolinos
(muere en Sigüenza el 6 de abril de 1880)

se casan el 30 de junio de 1836 y tienen la siguiente descendencia

María de las Mercedes Filomena Ramona
nace 24-septiembre-1837, muere 29-marzo-1838
María Manuela Felisa
nace 20-noviembre-1840
Manuela Juana
nace 6-mayo-1842
José Bonifacio Manuel
nace 5-junio-1847
Muerto el 14 de octubre de 1922, enterrado en el Cementerio de Sigüenza. Casó con Mª Carmen Torres. Tuvieron por hijos a José, Manuel y Carmen.
Manuel Bruno
nace 6-octubre-1849
Nuestro escritor. Casó con Mª Concepción Pineda González-Maldonado. Murió el 11 de diciembre de 1917. Tuvieron diez hijos, de los seis cuales llegaron a edad adulta: Faustino, Mercedes [13], Ángeles, Antonio, Mª Carmen y Juan Manuel.
(DUDOSO) Dolores
muere 29-abril-1895
Encontrada únicamente partida de defunción. Casada con un tal Antonio Fernández

Retrato de hombre joven, moreno, con bigote apenas insinuado

Retrato de José (Bonifacio Manuel) Pérez-Villamil, incluido en la orla de licenciados en Derecho por la Universidad Central de Madrid en 1868

Los siguientes retratos posiblemente pertenezcan a miembros de dicha familia, desgraciadamente sin identificar, que habían permanecido ocultos mas de un siglo en un album de fotos. Los incluyo aquí para que conozcamos los rostros de algunos de los protagonistas de esta historia, aunque no sepamos quién es quién. Así con la imaginación podremos poblar con sus figuras las descripciones de la finca que andamos buscando. También incluyo algunas descripciones físicas de las fotografías por si algún conocedor de la evolución de las técnicas fotográficas pudiese proporcionar datos que ayudasen a datarlas.

Mujer con criatura en brazos Niño con racimo de uvas

Estas imágenes están realizadas una a continuación de la otra. El área de la imagen es de 8.1 x 6.1 cm


Mujer joven vestida de amazona La misma mujer, con otro atuendo

Imagen de 9.2 x 5.6 cm

Tocada con boina carlista y fusta en la mano.
A. ESPERON. Puerta del Sol nº 13
(en reverso) DISDÉRI PHOTOGRAPHE DE S.M. L'EMPEREUR DES FRANCAIS. Sr Baron, Calle del Príncipe 14, Madrid
Retrato de hombre Porta el mismo tipo de sombrero que Abraham Lincoln el dia de su asesinato en 1865 Retrato de hombre vestido de abogado

Imagen de 9.3 x 5.4 cm

Porta en la mano un top-hat beau, del tipo que llevaba Abrahan Lincon cuando fue asesinado en 1865. Imagen de 8.8 x 5.4 cm

Manuel Pérez-Villamil García-Somolinos (1)

Imagen circunscrita en óvalo de 7.3 x 5.5 cm

Agradezco las contribuciones que sus descendientes me proporcionan a través de la red. Quizás pueda ofrecer en estas páginas un resumen fidedigno de los integrantes de dicha familia en nuestra ciudad. Cualquier testimonio que pueda resultar más o menos relacionado ruego me lo hagan llegar.

La busca

La clave para la identificación de la finca la proporciona únicamente el comentario de Manuel Pérez-Villamil García, en la que nos informa de que se trataba de una finca "de una hermana suya". Dicha hermana era Manuela Juana Pérez-Villamil García (fallecida el 19 de junio de 1916), soltera, al cual su padre (que vivía en la calle Villegas nº 6) le dejó la casa enfrente a la suya (c/ Villegas nº 9) en herencia. Esta hermana vivía con una sobrina suya, Carmen Pérez-Villamil Torres, que había estado casada con el médico José Fernández Abilleira, aunque no habrían tenido hijos, hija de José Bonifacio Manuel Pérez-Villamil y María del Carmen Torres. Por cierto, esta Carmen había sido toda una belleza en su juventud y posiblemente nacería en 1890 (en 1905 celebra su puesta de largo en Madrid). Ya de mas edad, tenemos una foto suya posando junto con su hermano Manuel Pérez-Villamil y Torres (que figura[6] como procurador del Tribunal Eclesiástico de Sigüenza en 1926, casado con Elvira Gamboa Muñoz, fallecida en Sigüenza el 27 de octubre de 1921) Otro hermano suyo, José Pérez-Villamil y Torres, también abogado, es asesinado[7] en Sigüenza el 1 de agosto de 1936. Igualmente nos consta que existía otro hermano, abogado también, Luis Pérez-Villamil y Torres.

Retrato de mujer Retrato de mujer
Manuela Juana Pérez-Villamil García Carmen Pérez-Villamil Torres
Alguna de ellas puede ser la anteriormente retratada con atuendo carlista (1)

Doña Carmen Pérez-Villamil prohijó a Gregoria Lorrio García (fallecida en 1998), criada de la familia durante mas de 40 años, natural de Mochales (Guadalajara). Gregoria había venido a Sigüenza para ayudar a su primo Florentino García Morea, canónigo en la catedral, el cual sería sumariamente ejecutado un 10 de agosto de 1936 en el camino de Barbatona. Muerto su primo, pasó a servir a la familia Pérez-Villamil. Sus hermanos Salustiano, Victoria e Isidora vivieron durante muchos años en el mismo inmueble, calle Villegas nº 9. Actualmente está vacío y desmantelado.

Gregoria Lorrio García
Gregoria Lorrio García, sirviendo como criada en la vivienda de Carmen Pérez-Villamil.

La finca

Para situarnos ofrezco estas imágenes, tomadas el sábado 29 de mayo de 2004 en el Barranco del Vadillo, Sigüenza (Guadalajara)

Vistas actuales finca
La finca donde podrían encontrarse los baños, ocupando todo el primer plano, ocupada por casas, sembrado y viveros
Vistas actuales finca
Una de las casas de la finca, situada frente a frente con la iglesia de Santiago el Zebedeo y solares del antiguo convento
Vista panorámica de la antigua finca de los Villamil, con la casa semiruinosa al fondo y una pérgola desvencijada
Restos del antiguo jardín con pérgola y fachada de la casa en noviembre de 2004

La finca, tal y como aparece hoy en día, es apenas un recuerdo de lo que fue hace 100 años, sirviendo actualmente para la enseñanza de horticultura a miembros del Centro de Refugiados de Sigüenza. Entonces constituía una agradable finca de recreo de la alta burguesía, construida según Victoria Lorrio por "un padre [¿Manuel Pérez-Villamil Fernández-Villamil?] al que su hija se había metido monja en el convento de clarisas de Sigüenza, en contra de la voluntad de su progenitor. En aquella época el convento estaba situado adyacente a la iglesia de Santiago Apóstol en la calle Mayor, dominando la vega. El padre construyó una finca de recreo para que su hija la viese desde el convento y se acordase de ellos. La finca fue diseñada por el jardinero del Marqués de Cerralbo, [Enrique de Aguilera y Gamboa, 1845-1922, XVII Marqués de Cerralbo], amigo de la familia, a la sazón en su propiedad de Santa María de Huerta". Nótese el paralelismo con el padre que deja a su hija en herencia la casa situada enfrente a la suya.

Vista del cerro del cementerio a principios siglo XX
Vista anterior a 1928 (cuando se repobló La Raposera) del cerro del cementerio; la huerta de la familia de Villamil en primer plano (Legado Fotográfico Pedro Archilla)

(Pincha en las imágenes para verlas de mayor tamaño)

Vista Sigüenza siglo XIX Vista de la ciudad desde las cercanías del cementerio, tomada posiblemente por algún miembro de la familia. Finales siglo XIX. ¡Imagen inédita! Ancho de imagen: 10.5 cm
Jardín con personaje Quizás la vista mas antigua del jardín. Entre los juegos de luces y sombras se adivina un hombre sentado en un sillón. ¿Quien? Imagen de 7.3 x 11 cm

La finca poseía dos viviendas, una grande, destinada a los labradores que cuidaban de las huertas y jardines, y otra vivienda pequeña, a donde se desplazaban los propietarios.

Residencia de los señores Imagen antigua de la casa de los señores; nótese el busto de perfil sobre el dintel.
Parterre Un parterre. Al fondo, la subestación eléctrica que abastecía Sigüenza
Reunión en la finca Manuel y Carmen Pérez-Villamil y Torres, sobrinos del escritor, sentados en las butacas de enea, en una imagen tomada hace unos 40 años en la finca de recreo.

Epílogo

Confío en que este trabajo mueva a alguna autoridad pública a realizar las pertinentes excavaciones para poder comprobar si Manuel Pérez-Villamil estaba en lo cierto al considerar que la finca de su familia cobijaba en su seno las ruinas de unos baños monumentales del siglo XII, si bien su origen podría ser muy bien romano, visigodo o árabe. De confirmarse, se trataría de una construcción de indudable interés arqueológico-turístico en esta época de auge de los balnearios y piscinas cubiertas, de las cuales la ciudad de Sigüenza notoriamente carece.

Mientras tanto, de modo similar a como ocurre con otros puntos situados aguas abajo, los sillares desenterrados ocasionalmente sirven para diversas obras en la localidad; algún sillar procedente de dicho lugar encontró utilidad en la restauración de la parroquia de San Vicente Mártir hace pocos años.

Notas

(1) Identificación propuesta por su descendiente (nieto) Manuel Pérez-Villamil Fernández de la Puente el 25/02/2005.

Referencias

[1] Toribio Minguella Arnedo. Historia de la Diócesis de Sigüenza y de sus Obispos. Volumen 1. Madrid 1910

[2] José María Blanco Crespo (Blanco White) El Español, Parte I, Londres 1813

El mismo autor nos proporciona la siguiente trascripción de los fueros de Cuenca (p. 364)

Viri eant ad commune balneum in die martii, et in die jovis, et in die sabbati: mulieres eant in die lunae et in die mercurii: judaei eant in die veneris et in die dominica. Nemo det, sive sit mulier sive xir (?), pro introitu balnei nisi obolum tantum. Sirvientes, tam viror um quam mulierum, neque pretium dent aliquod. Si vir in diebus mulierum balneum intraverit, aut in aliqua domo balnei, pectet decem aureos. Similiter pectet decem aureos quicumque mulieribus in balneo insidiatus fuerit. Tamen si qua mulier in diebus virorum bulneum intraverit, vel nocte in ipso reperta fuerit, et inibi eam aliquis delusserit, aut ei vim fecerit, non pectet inde calumpniam, nec exeat inimicus. Vir quippe, qui alia die mulieri vim fecerit in balneo, aut deorrnaverit, praecipitetur. Mulieres testificentur in balneo, furno, fonte et fluvio, et etiam infilaminibus et in texturis suis. Et illae tantum testificentur, quae uxores aut filiae fuerint vicinorum. Si christianus in diebus judaeorum balneum intraverit, aut judaeus in diebus christianorum, et inibi judaei christianum, aut christiani judaeum percusserint aut occiderint, nulla sit proinde calumpnia. Dominus balnei abundet balneantibus de his quae sibi fuerint necesse, velut de aqua et hujuscemodi. Quod si non fecerit, pectet quinque solidos almutazaph et quereloso. Quicumque de utensilibus balnei aliquid subripuerit, abascindantur ei aures: et si de rebus balneantium aliquid furatus fuerit, pro decem mencales perdat aures, a decem et supra praecipitetur.

[3] Manuel Pérez-Villamil García. La Catedral de Sigüenza. Madrid 1899

[4] Toribio Minguella Arnedo. Historia de la Diócesis de Sigüenza y de sus Obispos. Volumen 2. Madrid 1912

[5] Bezerro para el repartimiento de diezmos de la ziudad y obispado de Siguenza. s. XVIII. Archivo Catedral de Sigüenza, nº 230. En su proemio afirma "En los libros del archivo de en medio en el que esta titulado con el numero quarto se hallará al folio 98 buelta otro Bezerro echo en la hera de 1391 que es el año de 1353, con expresión de los Beneficios de cada Parrroquia y valores de cada pieza eclesiástica se executó por tres Dignidades de esta Yglesia.." el cual transcribe.

[6] Año 1916. Expediente de patrimonio canónico formado con Títulos de la Deuda Pública instruida a instancia de Don Baltasar Herranz. Firmado por Manuel Pérez-Villamil, Procurador del Tribunal Eclesiástico, en Sigüenza a 22 de Agosto de 1923. Sección Archivos Parroquiales (Imón? Santamera?) Archivo Histórico Diocesano

[7] Juan Antonio Pérez Mateos Entre el Azar y la Muerte. Editorial Planeta, 1975 "[testimonio de Galo Badiola] La segunda noche de mi estancia en aquella casa (la del farmaceútico) fusilaron, debajo precisamente del balcón donde yo dormía, a un tal Villamil, de familia distinguida" (página 148). Se trataba de José Pérez-Villamil y Torres, muerto el 1 de agosto de 1936. Residía en el nº 6 de la calle Villegas. (Aurelio de Federico Fernández, Continuación de la Historia de la Diócesis de Sigüenza, Sigüenza 1967, página 197)

Su asesinato no fue casualidad. José Pérez-Villamil figuraba en las listas negras con incontables objetivos que circulaban en los días previos a la sublevación militar del 18 de Julio de 1936. Uno de los muchos ejemplos de señalamiento de objetivos sería el siguiente:

La caverna de Sigüenza la representan jerárquicamente el obispo, el arcediano Hilario Yabén, el cacique Bernal y el "Tanis", que hace de jefazo de los pistoleros. Financia el fascismo un ricachón llamado Villamil, que con otros emboscados, tales como el fabricante Jesús Gil y el prestamista Manuel Angel, son los inductores de la barbarie fascista. (Abril. Semanario Antifascista. Guadalajara 18 de Julio de 1936, p. 2)

[8] "don José Fernández Villamil vino a esta ciudad hace cerca de veinte años y se mantuvo en casa y compañía de su hermano, exerciendo el oficio de Abogado, hasta el año próximo pasado que salió Alcalde Mayor por S.M. en el día de la villa de Berlanga y su tierra", testimonio de Nicolás Leiva, Pruebas de Estatuto de la Santa Iglesia Cathedral de Sigüenza para el licenciado Don Josef Fernández Villamil, canónigo doctoral de la misma. Doc. nº 12, carpeta 31, Archivo Catedral de Sigüenza. En el mismo documento se incluye el siguiente cuadro genealógico de José Fernández Villamil.

Abuelos paternos

Abuelos maternos

Diego Fernández Villamil, natural de Santiago de Villapedre, Diócesis de Oviedo. Nacido en 13 de febrero de 1684 María Fernández, natural de Santiago de Villapedre, diócesis de Oviedo, nació en 20 de abril de 1694 Diego Pérez, natural de Villapedre, diócesis de Oviedo, nació 4 de octubre de 1689 Antonia Fernández, natural de Villapedre, diócesis de Oviedo, nación en 1 de Abril de 1689

Casamiento en 23 de enero de 1710

Casamiento en 28 de noviembre de 1714

Lázaro Fernández Villamil, natural de Villapedre, nació en 23 de Febrero de 1718 Juana Pérez, natural de Villapedre. Nació en 12 de mayo de 1722

Casamiento en 21 de Agosto de 1741. Padres de

Don Juan Fernández Villamil, canónigo que fue de la misma Santa Yglesia a quien se le hicieron las pruebas de Estatuto de ella el año pasado de 1797. Nació en 13 de Agosto de 1746

y del

licenciado Don Josef Fernández Villamil, canónigo doctoral electo nació en Santiago de Villapedre, año de 1768, día 21 de Mayo

[9] "Fueron sus padres Agustín Pérez Villamil, nacido en Puerto de Vega en agosto de 1700 y fallecido en octubre de 1754 en la misma localidad, y Francisca Cayetana de Paredes, nacida en Luarca en julio de 1723 y fallecida en la capital del concejo de Valdés en octubre de 1790. Ambos se casaron en Luarca en diciembre de 1750. Tuvieron tres hijos, pero únicamente sobrevivió Juan." Tomado de Juan Pérez-Villamil y Paredes, Disertación sobre la Libre Multitud de Abogados. Edición facsímil de Servando F. Méndez y Jesús Mella, Ayuntamiento de Navia, KRK Ediciones 2004, página 16

[10] En 1800 se le concede la Orden de Carlos III y en su expediente figura como Juan Pérez Villamil y Paredes Pérez de Villaoril y Cascos Villademoros

[11] Estatutos de la Sociedad Económica de Amigos de el País de la Ciudad de Sigüenza, Madrid, imprenta de Antonio de Sancha, 1777. Edición Facsímil Librería Rayuela, 1986, con introducción de Juan Antonio García Fraile, pag. 28

[12] "Este Sr. Doctoral fue D. José Fernández Villamil, que, nombrado Corregidor de Berlanga a instancia de su tío el famoso Ministro de Fernando VII e individuo del Supremo Consejo de Regencia del reino durante la guerra napoleónica D. Juan Pérez Villamil, hizo oposición en 1816 a la Doctoral de Sigüenza, ordenándose a los cuarenta y dos años, y trajo de su país, que era Asturias, para estudiar a su lado, a su sobrino D. Manuel Pérez Villamil y Fernández Villamil, distinguido abogado y ferviente católico, cuyo hijo menor, D. Manuel, ha escrito, como saben nuestros lectores, la historia de la catedral seguntina" (Toribio Minguella Arnedo. Historia de la Diócesis de Sigüenza y de sus Obispos. Volumen 3. Madrid 1913, página 603)

[13] Dato proporcionado por su nieta Pilar Jiménez en 2014.

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