Called from/Referenciado desde: El Hospicio de Sigüenza

La vida en el Hospicio

El hospicio, lugar de paso

Ya hemos comentado como el Hospicio era un centro de acogida y distribución de niños. Mientras la faceta de recepción, primeros cuidados, alimentación, etc., la función de distribución y colocación de niños requerirá de mayor explicación.

Tras hacerse cargo de un niño abandonado, se limpiaba, bautizaba, se le proporcionaba alimento con una de las amas de cría residentes en el hospicio y acto seguido se empezaba a buscar la colocación de dicha criatura, pagando un salario diario a cambio. En un principio se buscaban nodrizas en Sigüenza y luego en localidades vecinas. Algunas referencias que aluden al carácter interino de la estancia en el hospicio son las siguientes:

Ytem 3.607 mrs que se gastaron en dar leche a niños cuando no se hallaba quien los criase de muchos días y noches y en cosillas necesarias para ellos (año 1567)

Ytem se le ciñen en cuenta 3.115 mrs que se pagaron de salario a las mamantaderas de dentro de casa (año 1567)

Asimismo eran frecuentes los viajes de personal del hospicio para gestiones diversas: buscar nodrizas, familias de acogida, niños abandonados, efectuar pagos diversos, etc. Algunas de las entradas que nos hablan de dicha actividad son las siguientes:

Caballerías. Ytem se le resciben en cuenta 83 mrs que paresció haber gastado en cabalgaduras para ir a buscar niños (año 1565)

Caminos. Ytem que gastó 10 reales en negocios de los niños fuera de Sigüenza (año 1567)

Ytem 4.372 mrs que pareció haber gastado en dar leche a niños fuera de casa hasta hallar amas y en curar y abrir niños quebrados y en buscar amas por las aldeas; fueron 4 niños los que se abrieron (año 1571)

Ytem 5.983 mrs que paresció haber gastado en amas de leche que han criado niños dentro del hospital, fuera de la sala, arriba, y el salario de un ama que ha tenido a cargo de los niños grandes que están en las casas y en una cabra que hoy está en el hospital (año 1568)

Ytem se le descargaron 111.761 mrs que se gastaron con la crianza de los niños expósitos que se criaron fuera de la casa de leche y otros mayores en casas de mujeres de ésta ciudad y de otras partes.

Este comportamiento de encomendar la crianza del niño lactante a nodrizas que los tuvieran en sus casas era el habitual en la época, como podremos apreciar de éste fragmento de novela de la época (Alonso de Castillo Solórzano, Tardes entretenidas en seis novelas, 1625). Aquí se nos retrata vivamente un abandono tipo de la época.

Mas un poco antes de llegar á ellas vieron venir una luz que enderezaba á la parte donde estaban; parecióles que sería la ronda, y temiendo que no les reconociesen, desampararon medrosos el chiquillo, dejándole á la primera puerta que se hallaron más cerca, partiéndose de allí con mucha prisa.

Quien traía la luz era un soldado de la guarda Tudesca que aquella hora venía de Palacio, y era su casa aquella donde habían los gallegos dejado el niño. Llegando pues á llamar á su puerta oyó llorar la expósita criatura, y bajando la luz reconoció lo que era, y alzola del suelo tomándola en brazos, y habiéndole abierto en su casa, entró en ella muy gozoso y contento, porque había algunos años que era casado y no tenía hijos en su mujer, á la cual le mostró el niño, que ella recibió con poco gusto, sospechando no fuesen travesuras de su marido, aunque era hombre que frisaba en los sesenta. Desenvolvieron el niño y hallaron en la faja cosida una cédula que decía. "No tiene agua de bautismo, llámese Domingo, que es día de holgarse".

Mucha risa causó al tudesco la simpleza de la cédula, pareciéndole que sus padres ignoraban que hubiese Santo Domingo de Guzmán y de Silos, pues le daban por abogado al domingo, principio de la semana.

Aquella noche paladearon al pequeño infante con miel, y esotro día le buscaron un ama de una aldea que le llevó á ella á criar, á donde el tudesco fue a los ocho días que se le entregó á bautizarle, y él y su mujer fueron los padrinos, haciendo gran fiesta el día de su bautismo llamándole Domingo Alberto Estrianquer, como el tudesco, por cuya cuenta se crió hasta tener tres años.

En este tiempo, muriendo su mujer, se le llevó á su casa, donde se crió hasta la edad de los ocho. Era el muchacho de buena cara, alegre, juguetón y gracioso; hechizos con que el tudesco le quería más que si fuera su hijo legítimo: Púsole á la escuela, donde mostró buena habilidad, aprendiendo más en un mes que otros en un año; pero salió tan travieso y amigo de tomar á los muchachos cuanto llevaban, que ni azotes de su maestro, ni de su adoptivo padre bastaron á remediar esta mala inclinación.

Como podemos apreciar, a renglón seguido de encontrar el niño le buscan un ama de cría en una aldea, llevándolo a vivir con ella. Allí costean la crianza del niño hasta llegar a los tres años, edad en que se asume completado el destete, y entonces lo traen a vivir con los padres adoptivos (en este caso un viudo). La costumbre estaba generalizada y tanto era así que se organizaban procesiones de éstas mujeres con los niños a cuestas para incitar a la caridad del público para con las instituciones que lo costeaban.

(Madrid y Junio 6 de 1634) Ayer lunes hubo una solemnísima procesión: era de los niños expósitos que se crían en casa de las amas en los lugares comarcanos: al principio iban los niños de las doctrinas que se crían en los colegios, que también son expósitos: mas de doscientos, con sus malas ropas y peores sobrepellices cantando las letanías. Este principio es común á toda la procesión: luego se seguía un hermoso pendón carmesí, que llevaban cofrades de la cofradía de los expósitos. Seguíanse mil y ochocientas mujeres aldeanas, en cuerpo, como suelen andar por las calles, con los niños expósitos que crían en los brazos, en forma procesional; los niños nuestros bien vestidos; otros muy pobremente: dicen iban mil y ochocientos niños. Al fin unas andas, en ellas San José con el Niño Jesús de la mano: inmediatamente dos docenas de niñas mas bien vestidas, y mejor aún los niños. Hasta en esto hay distinción. (Francisco Vilches, Cartas de algunos padres de la Compañía de Jesús, 1634)

Una vez acabada la estancia con la nodriza de alquiler, entonces el niño volvía al hospicio y éste tenía que buscarle una salida en la sociedad de entonces. Dicha labor la resume muy buen Cristóbal Pérez de Herrera, en su Amparo de pobres (1598)

y los que sobraren de esta edad (hasta 3 años) se podrían criar en las casas de los expósitos, donde están los demás niños echados a las puertas de las iglesias; pues en todos los lugares grandes de V. M. hay hospitales y cofradías donde se hace esta buena obra, que de allí, en siendo mayorcitos, los van sacando buenas gentes y tomando a su cargo.

Esta misma filosofía era seguida en el hospicio seguntino, como se expresa en la siguiente cita: que el dicho espital se le hace se curan, crian y alimentan los dhos niños asta que son de hedad para ponellos a oficio a causa de lo qual...(escritura de donación de Ambrosio García, clérigo, a 9 de mayo de 1615, del legajo Ventas y posesiones de heredades del ôpital de Sanc Matheo de Siguenza. Numero 2º. Archivo Catedral de Sigüenza)

Entre los tres años en que los niños le eran devueltos al hospicio y los siete-ocho años en que se consideraba que los niños tenían edad suficiente para dar su consentimiento a una posible adopción o contrato se habría un periodo en que los expósitos residían en el hospicio. Con niños tan jóvenes había claros intentos de encaminar tempranamente a muchos hacia las carreras eclesiásticas, que constituían una de las "industrias locales" mas prósperas de la ciudad.

Retrato del obispo Bartolomé Santos de la Risoba, representado de pie, apoyada la mano en un libro abierto en una mesa cercana Así, tenemos noticias de que Bartolomé Santos de Risoba, obispo de Sigüenza entre 1650 y 1657 tenía 63 "pagecitos" a su servicio, sin mas fin, que el de enseñarlos y crialos bien; para lo qual enbiava a las Vniversidades de Alcala y Salamanca quarenta cada Curso; y a los demas con quienes se quedava en su servicio, hazia que en su Palacio les enseñasen Gramatica en este medio tiempo, para poder ir al año siguiente a la Vniversidad, como los otros, a oir la facultad de su eleccion. (Constituciones del Colegio Seminario de San Bartolomé de esta ciudad de Siguenza, hechas y ordenadas por el Ilustrisimo y Reverendisimo Señor Don Bartolomé Santos de Risoba, obispo y Señor de dicha Ciudad, del Consejo de su Magestad, etc, Madrid, imprenta de Antonio Román, 1697). Aunque no todos los "pagecitos" fueran propiamente expósitos, sí que eran generalmente hijos de pobres de solemnidad o de padres muertos o ausentes.

Este intento de proporcionar estudios a los expósitos, lógico visto con una óptica actual, en que prácticamente todos los padres desean que sus hijos tengan estudios superiores, era tachado de insensato por muchos pensadores de la época, que se lamentaban amargamente de la excesiva predilección de los españoles por las Letras y el poco aprecio hacia las Ciencias y oficios manuales. Para la reforma según ellos necesaria veían en los niños expósitos una cantera llena de posibilidades, donde el Estado y no sus padres podría escoger lo mejor para ellos y para sí mismo, en un momento en que España se veía incapaz de satisfacer las demandas de mano de obra especializada propias de la potencia hegemónica que era.

Vemos que en esta Corte y en otras ciudades de España se da estudio a lo más bajo y abatido del mundo, que son los muchachos expósitos y desamparados, hijos de la escoria y hez de la república: y los que con piedad esfuerzan esto, no reparan en que estos reinos están por medio de los estudios llenos de clérigos, frailes, letrados, médicos, procuradores, escribanos y solicitadores, estando tan faltos de labradores, de oficiales, y de gente para la población y la guerra [....] en buena razón de Estado sería mas conveniente y mayor beneficio de la república criar todos estos muchachos, enseñándoles oficios mas bajos y mas abatidos, a que no se inclinan los que tienen caudal para aspirar a ocupaciones mayores. (Pedro Fernández Navarrete, Conservación de monarquías y discursos políticos, 1626)

Algunos apuntes sobre la vida cotidiana en el hospicio

Ya hemos visto que en el hospicio únicamente residían aquellos niños que no habían podido encontrar una de las contadas salidas de que disponían: encontrar una familia que les acogiese, un hogar donde servir o un taller donde entrar de aprendiz. Es por lo que los libros de contabilidad nos proporcionan información básicamente sobre las amas de cría residentes en el hospicio, los escasos niños lactantes que había en un momento dado y personal tal como enfermeras, el hospitalero, sacristán, etc.

Nota octubre 2004: el siguiente párrafo no aplica en su totalidad, pues hace poco descubrí y publiqué en éstas páginas un Reglamento de Funcionamiento del Hospital de San Mateo, que data de 1787. Aunque es algo tardío y se centra en el funcionamiento de la parte hospitalaria del complejo asistencial, complementa estupendamente lo que aquí se expone, añadiendo multitud de curiosidades que sería prolijo detallar.

Aunque tenemos amplia información contable, el Hospicio carece -por así decirlo- de un Manual de Reglas de Funcionamiento, las "constituciones" que recogían las normas vigentes en muchas de las instituciones de la época (cofradías, colegios mayores, universidades, etc.). Esto implica que tengamos que correlacionar los gastos de los cuales tenemos noticia con alguna constitución conservada. En el caso de Sigüenza he optado por escoger las Constituciones de funcionamiento del Colegio de San Bartolomé, un colegio donde jóvenes becados procedentes de familias con pocos recursos se preparaban para la carrera eclesiástica, bajo la tutela del Obispo y del Cabildo. Al tratarse dicho Colegio y el Hospicio de instituciones que compartían como patrono al Cabildo es de suponer que reflejasen el modo de conducir una institución privada en la Sigüenza del siglo XVII. Sin embargo, había diferencias fundamentales entre ambas instituciones, que resumimos a continuación:

Seminario Menor

Hospicio

Status legal y económico

becados, pero bajo la tutela de sus padres, que aunque era requisito no pudieran pagarles los estudios, les podían ayudar económicamente dependientes en todo del Hospicio, excepto si mediaba algún contrato de aprendizaje o adopción

Régimen de vida

internado, con un mes de vacaciones internado, mas aquellos acogidos en familias en la ciudad o fuera de ésta, o los que residiesen en casas particulares en virtud de contratos de prestación de servicio doméstico o aprendizaje

Formación

régimen intensivo de estudios eclesiásticos, prácticas cultuales en catedral instrucción básica, luego on the job training, tanto como servicio doméstico como aprendices de oficios

Cultos

letanías, misa, rosario y otros rezos diarios. no consta

Número de internos

fijo, establecido en 24 Variable, según ingresos (unos 75-100), pero pocos de ellos residían en el hospicio

Edad

ingreso a los 12-14 años. Aunque dependía del progreso de los estudios, raramente se podría sobrepasar la edad de 20 años edad de ingreso la que tuvieren en el momento del abandono. Edad de emancipación de la tutela del Hospicio probablemente a los 18 años.

Pasaremos ahora a transcribir algunas constituciones del Colegio Seminario de San Bartolomé y comentaremos las mas que presumibles diferencias que presentaría el Hospicio.

Alimentación

Constitucion 6 De la porción que se ha de dar al rector y colegiales y demás ministros


Al rector se le ha de dar cada día libra y media
(unos 3/4 de kilo) de carnero, media azumbre (medio litro) de vino y dos libras (0,9 kilos, equivalente a unas tres barras) de pan y la carne se le ha de dar guisada, en la forma en que la pidiere y los días de pescado se le ha de dar otro tanto a como valiere la libra y media de carnero y a los colegiales tres cuarterones (350 grs) de carnero, los dos a comer y uno a cenar, guisándoselo en la forma que el rector lo dispusiere y para condimentos de la olla y guisados y para antes y postres lo que al prelado le pareciera que haya, conforme a la variedad de los tiempos y al precio que tuvieren los mantenimientos. Los días de pescado se dará un potaje, un par de huevos y un cuarterón de pescado y a cenar, cuando no ayunaren, un par de huevos y unas yerbas y lo mismo se dará al criado del rectoral cobrador o despensero, lo que se concertare con él y lo mismo al cocinero o persona que guisare la comida. Y de pan se dará a los colegiales para almorzar entre seis un pan de dos libras, y para comer otro entre cuatro y lo mismo para cenar. Y fuera de lo dicho, los primeros y segundos días de las tres pascuas y de los Reyes, Corpus Christi, San Juan Bautista, San Pedro, Santa Librada, la Asunción de Nuestra Señora, San Bartolomé, Todos Santos, domingo y martes de Carnestolendas se les dará un extraordinario, a disposición del rector, con que no se exceda de su porción doblada y la víspera del nacimiento de Cristo Nuestro Señor una colación y la mañana de la Resurrección un almuerzo, arbitrio todo del rector y fuera de esto, un día del año, el que los colegiales escogieren, una extraordinaria en el campo, en que se pueda gastar lo que valiere tres veces la ración de un colegial.

No soy dietista, pero aparentemente no se pasaba mucha hambre en el Colegio-Seminario. Recordemos que se trata de jóvenes "de buen comer", de edades comprendidas entre los 12 y 20 años. Si hemos de dar crédito al menú antes citado, descontando el ayuno de los viernes y la Cuaresma, así como el mes de vacaciones, nos saldrá un consumo teórico de carne de carnero al año de: 3/4 libra diaria * 24 colegiales * 6 dias/semana * 42 semanas = 4.536 libras/curso (unos 2.100 kg), lo cual es una cantidad muy respetable, y eso que no hemos contabilizado al señor rector y otros adultos.

Escena en la cual dos carniceros sonrientes nos muestran su género, en una alegoría de la abundancia
Annibale Carracci, Carnicería circa 1580 Christ Church Picture Gallery, Oxford

En el Hospicio los libros de contabilidad recogen el hecho de que el mayor gasto en alimentos se lo llevaba la carne de carnero. Tanto era así, que su importe superaba el del resto de partidas de alimentos. Para comprobarlo, aquí están los datos de 1597.

Importe

Concepto

19.241 976 libras de carnero
5.299 36 cántaros de vino
1.964 tocino de dos cerdos
1.314 comidas de vigilias (básicamente pescado)
1.030 35 docenas de huevos
2.400 4 arrobas y media de aceite
450 vinagre
672 verduras
762 fruta
376 garbanzos, lentejas y castañas
370 especias

Aunque los Libros de Contabilidad alguna vez referencian los niños que están a cargo del hospicio (1567: 79 niños; 1568: 65 niños), hay que hacer tantas salvedades que el consumo per capita se antoja imposible de precisar:

Escena en la cual un panadero situado adyacente a un mostrador donde exhibe su mercancía anuncia su presencia tocando un cornetín. Se aprecian con claridad hogazas de pan y rosquillas El pan raramente aparece en las cuentas del Hospicio y sin embargo se consumía en grandes cantidades. Esta omisión se debía a que un horno adyacente era propiedad del Hospital y se surtía del grano cobrado como arrendamiento en las numerosas fincas rústicas propiedad del Hospicio, suministrando pan a cambio. El hecho de que alguna vez se mencione gasto en trigo quizás se deba a que dichas rentas en especie resultasen insuficientes.

Ytem que compró 40 fanegas de trigo para las amas y niños sin las cuarenta que están descargadas en el descargo del pan (año 1567)

Ytem 6515 mrs por tres y cuatro fanegas y 9 fanegas de trigo que pareció haber comprado para comida de la casa de los niños expósitos este año con mas de 45 fanegas y cuatro que los niños tuvieron (año 1569)

Job Adriaensz Berckheyde El panadero circa 1681, Worcester Art Museum, Worcester

Otros alimentos consumidos en el Hospicio

carne de gallina y pollo Su consumo es mínimo, empleándose como un reconstituyente para los débiles y enfermos.

Ytem 735 mrs por cinco pollos y tres gallinas que pareció haber comprado para los niños que abrieron y para otros que estuvieran malos, de sarampión y otras amas y enfermos (año 1573)

garbanzos, castañas, pasas..

Los garbanzos, además de guisados, también se usaban como golosinas, en forma de "tostones" o "torraos". Igualmente las castañas se consumirían secas (pilongas). También aparecen ingredientes para la confección de dulces tales como azúcar, almendras, pasas...(apuntes años 1603). No aparece consignado el consumo de chocolate.

Ytem quinientos y diez mrs que parecio haver gastado en garbanços y castañas
Ytem 1609 mrs que pareció haber gastado en pasas y bizcochos este dicho año
Ytem 116 mrs que se han gastado en azúcar y almendras

carne de cerdo Su consumo se debía limitar al tocino salado que tanto consignan las cuentas y en algún caso la compra anual de una o dos piezas de jamón. Vamos, que el embutido ni lo olían. A veces se refleja la compra de un cerdo que engordarían a lo largo del año, quizás para aprovechar las sobras de comida que se generasen, pero que no daría para el consumo de salchichas que se daba en el Colegio-Seminario.

Ytem 1179 mrs que gastó en comprar un puerco para la dicha casa y hospital (año 1595)

vino En el Colegio-Seminario aparentemente está reservado para el rector y poco mas. En el Hospicio las principales consumidoras son las amas de cría y enfermeras.

Ytem que gastó en 54 cántaras de vino y media para las amas de los niños 6534 mrs (año 1567)

También tenemos una relación de los "extraordinarios" que se daba a los internos en el Colegio-Seminario (el término "extraordinarios" también se emplea en las cuentas del Hospicio, aunque queriendo significar casi siempre dulces y golosinas). En un régimen de comidas tan reglamentado, es de suponer que los internos esperarían con ansía dichos días para comer platos tan poco comunes. Es de suponer que en el Hospicio también se distribuyesen los extraordinarios en los días considerados especiales (Epifanía, San Mateo, etc.), pero no tenemos noticia de ningún documento que nos detalle su reparto.

Día de Reyes, a media libra de besugo a cada colegial y ama y una al rector y del mismo modo en todos los demás extraordinarios
Jueves Lardero, pies rebozados y dos tallos de salchicha para merendar
Carnestolendas, a media libra de besugo o merluza, según lo que de el tiempo
Jueves Santo, a cuarterón de salmón y natillas
Domingo de Resurrección, a mas del chocolate, dos tallos de salchicha a cada colegial y lo mismo a la ama y cuatro al rector
Día de San Felipe Neri, para almorzar dos tallos y chocolate y si cae en viernes dos huevos en lugar de los tallos. También se les da un cordero de extraordinario y una menestra o cazuela
En los días de San Francisco Javier y Santa Bárbara paga la Obra Pía del señor don Benito Pedernoso chocolate para que desayunasen.
En la Noche de Natividad se le da a los colegiales lo siguiente por colación: una cuartilla de pasas, otra de higos, a dos peros a cada uno, media libra de dulces, un cuarterón de turrón, otro de alajú y un nochebueno. Lo mismo al ama y doble al rector
Las bulas las paga el colegio, pero no las del privilegio de carne

Como ya hemos tenido ocasión de leer, en el Colegio-Seminario se hacía un consumo importante de chocolate, en la época consumido en grandes cantidades en forma de bebida amarga. Se recogen un total de 29 días (fiestas de la Visitación, Santa Librada, Santiago, Transfiguración, Ascensión, Natividad, Todos Santos, Concepción, Circuncisión, Reyes, Jesús, Purificación, los tres días de Carnestolendas, Encarnación, Resurrección, Quasimodo, San Felipe y Santiago, Invención de la Cruz, Ascensión, Pascua de Pentecostés, San Fernando, La Santísima Trinidad, Corpus, Dedicación de la Iglesia, San Juan, San Pedro). Como posdata se añade: "Domingo de Ramos y Jueves Santo un huevo para almorzar". ¡Vamos, que hasta tendrían problemas de caries y obesidad!

Horarios

Constitución 12 De la hora de comer y de cenar y de la forma que han de estar en el refectorio


Desde primero de octubre hasta Pascua de Resurrección se ha de comer a las once y los días de ayuno a las once y media, y cenar a las ocho. Y desde Pascua de Resurrección hasta último de septiembre se ha de comer a las diez y media y cenar los días de lección a las seis y los festivos a las cinco y media y para que todos entren a un mismo tiempo se harán dos señales con la campana, la primera tocándola en pino en comenzando a dar la hora y entonces acudirán todos, y los nuevos, que serán los que no tuvieren un año de colegio, estarán todos juntos a la puerta del refectorio con modestia y compostura, teniendo las manos debajo del delantal o manto. Y estando prevenido todo en el refectorio y en la cocina se hará la segunda señal, dando tres golpes de campana, con que se juntarán todos y entrarán por su orden en el refectorio y antes de sentarse se pondrán en dos hileras en medio de él, y el rector echará la bendición y en su ausencia, el colegial más antiguo, excepto si hubiera alguno que esté ordenado del orden sacro que en tal caso la ha de echar él y no el colegial mas antiguo y acabada la bendición se sentarán por su orden, guardando silencio en la comida y para que en ella, junto con la refección corporal tengan también espiritual, uno de los colegiales, alternando por días o por semanas, leerá una lección de vidas de santos o de historia eclesiástica o de materias de oración hasta que acabada la comida o cena le haga señas el que presidiese. Entonces se levantarán todos y se pondrán en medio del refectorio, como al principio y el que echó la bendición dará gracias y acabadas se saldrán todos y se irán a divertir en juegos lícitos y honestos, hasta que sea hora de pasar sus lecciones.

El texto anterior denota claramente una influencia monástica, pues no en vano los muchachos se preparaban para una vida eclesiástica. En el Hospicio los horarios de comidas probablemente fuesen similares, pero el ambiente mucho mas relajado, pues para comer se juntarían niños de un amplio abanico de edades. Quizás se les amenizase la comida asimismo con lecturas, pero de ello nada sabemos (bastante tendrían con hacer guardar el orden).

Constitución 18 Del modo que han de tener los colegiales distribuido el tiempo


Conviene mucho que los colegiales tengan distribuido el tiempo, de modo que nunca estén ociosos, sino o ya ocupados en sus estudios o ministerios que les tocaren, o ya divirtiéndose en juegos lícitos y honestos, para volver después con mas aliento a sus debidas ocupaciones. Por tanto mandamos y ordenamos que desde primero de octubre hasta Pascua de Resurrección se levanten los días que hubiere lección a las seis y media de la mañana, y habiendo compuesto su cama y lavádose, vayan juntos a la capilla a dar gracias a Dios por el beneficio que les ha echo en haberles dejado llegar a aquel día y a pedirle que enderece sus acciones de manera que acierten a hacer en él lo que fuere más de su servicio y gloria. Y para eso dirá uno en nombre de todos los demás las oraciones que la Iglesia acostumbra a decir en prima y después el himno de ella y una oración al Angel de la Guarda y otra al santo apóstol San Bartolomé, patrón del Colegio. Y acabado esto se irán a pasar sus lecciones y almorzarán a tiempo que puedan ir a oir sus lecciones y en volviendo del estudio oirán misa y oida si hubiere tiempo platicarán sus lecciones o se les platicará el que tuviere ese cuidado, hasta que sea tiempo de comer y en habiendo comido se podrán divertir en juegos lícitos y honestos hasta la una y media, que vayan a pasar las lecciones de la tarde y en siendo tiempo irán al estudio y en viniendo de él se podrán entretener hasta que cierren las puertas del Colegio. Y en cerrándolas se dará señal con la campana para que acudan todos a la capilla a cantar la Salve y una letanía de Nuestra Señora y después de esto un responso por los bienhechores del Colegio y luego rezarán todos el rosario, sin que ninguno se salga ni levante hasta que el que preside haga señal, y hecha se levantarán todos y se irán a estudiar. Y el que cuidare de practicar a los Gramáticos los juntará todos y pedirá cuenta de sus lecciones, castigando rigurosamente al que no la diere buena. Desde la dominica de Quasimodo hasta fin de septiembre se levantarán a las cinco y media y después de haber estado en la capilla se irán a estudiar sus lecciones y por haber tiempo sobrado, antes de ir al estudio se les podrá practicar el que tuviere ese cuidado y después de cenar en verano les podrá dar el rector licencia para que salgan todos juntos a divertirse al campo o que se entretengan en casa en juegos honestos, hasta que sea hora de cerrar las puertas y asi mismo en verano se les dará un mes de vacaciones y los que estudiaren Artes o Teología ha de cuidar el rector que tengan las mismas horas de estudio que los Gramáticos y el pasante que tuvieren les pedirá cada noche cuenta de sus lecciones y hará que tengan sobre ellas conferencia, alternando en esto los artistas y los teólogos y cada semana tendrán conclusiones, teniéndolas un día los artistas, otro los teólogos, y el pasante presidirá a lo uno y a lo otro y porque el Santo Concilio de Trento encarga mucho que todos los colegiales aprendan canto llano, el rector dispondrá la hora que le pareciere mas a propósito para eso y si el tiempo descubriere otra mejor distribución de la que aquí va expresada, reservamos en Nos y en nuestros sucesores el hacerla.

Aquí es donde más se deben de acusar las diferencias. El Colegio-Seminario era una institución de enseñanza en régimen cerrado, saliendo de allí los alumnos únicamente para acudir a desempeñar labores accesorias en la catedral. Así el tiempo estaba repartido en su mayoría entre las clases, las horas de estudio y diversos rezos. En el Hospicio la enseñanza se limitaría a la Doctrina Cristiana y a una alfabetización, posiblemente a cargo del Capellán. Muchos niños y jóvenes acudirían a domicilios y talleres particulares para desempeñar labores de servicio doméstico y aprendizaje de oficios, donde muchos posiblemente dormirían. Para los que pernoctasen fuera, un ama se encargaba de que se cumpliesen las condiciones estipuladas.

Ytem 5.983 mrs que paresció haber gastado en amas de leche que han criado niños dentro del hospital, fuera de la sala, arriba, y el salario de un ama que ha tenido a cargo de los niños grandes que están en las casas y en una cabra que hoy está en el hospital (año 1568)

El texto anterior parece sugerir que los mas pequeños ocupaban el piso superior. Los niños estaban repartidos en cunas (los mas pequeños de dos en dos) y lo mayores ya en camas. El espacio se dividía horizontalmente con biombos, en aquella época llamados encerados, consistentes en bastidores de madera recubiertos de papel o tela encerada, para permitir que fuesen traslúcidos y fácilmente limpiables. Ytem que gastó en un encerado para el aposento de los niños, de media vara de Bretaña (año 1567). Como ya hemos contado, las instalaciones que albergaban el Hospicio eran compartidas con otras de carácter hospitalario, aunque guardaban una clara separación con éstas. Tenemos[2] una descripción del conjunto de 1751:

Dos de las cuatro obras pías son para enfermos y convalecientes; y en ambas cuadras separadas para mujeres y sacerdotes, la tercera de niños expósitos administrada con suma diligencia, así en la elección de nodrizas de buena salud y costumbres, como en velar sobre el modo con que éstas los tratan; por estar averiguado atienden mas las tales mujeres a el interés que a la piedad y obligación

Esta estructura sigue las directrices del sentido común y las prescripciones de las Constituciones Sinodales[3] del obispado. Aunque no mencionan a los niños expósitos, dan las normas para repartir a los enfermos según su sexo y estado entre las diversas estancias. Pasemos a verlas:

(Que para los hospitales se nombre mayordomo; y dásele forma de lo que ha de hazer) el tal mayordomo ha de cuydar, de que el aposento donde se recogieren los hombres este apartado del de las mugeres; y donde huviere caudal de ropa, aya una cama reservada para Clerigos, y Religiosos; y en ella por ningun caso duerma otro alguno; y si llegare algun pobre con enfermedad contagiosa, el mayordomo deve cuydar, que en aquella ropa ninguno otro duerma; y de que cerrado de noche una vez el hospital, no se abra, ni se dexe salier los pobres fuera, hasta que sea muy de dia; y el Cura cuyde de saber, si el hospitalero lo haze asi; y no lo haziendo, le multe en el salario; y no le teniendo, le quite el oficio, y procure, que el dicho hospitalero no sea soltero, sino casado, por lo inconvenientes que de lo contrario se podran seguir, por recogerse en los hospitales de ordinario mugeres, que no suelen ser de buena vida.

(Que los Curas cuyden de visitar los hospitales todas las noches y en que han de poner el principal cuydado) los mayordomos pongan en ellos llaves, sin que por dentro, ni por de fuera se puedan abrir; y que los hospitaleros, en acostandose las mugeres, las cierre, y no las abra hasta la mañana

Referencias

[1](impreso) Constituciones del Colegio Seminario de San Bartolomé de esta ciudad de Sigüenza, hechas y ordenadas por el ilustrísimo y reverendísimo señor don Bartolomé Santos de Risoba, obispo y señor de dicha ciudad, del Consejo de su Majestad, etc. que de orden del excelentísimo señor Juan Grande Santos de San Pedro, obispo y señor de dicha ciudad de Sigüenza, da a la imprenta. Impresas en Madrid en la imprenta de Antonio Romani, año de 1697

[2] Sigüenza, noticias de su Iglesia, manuscrito nº 13074, Sección Manuscritos, Biblioteca Nacional, trascrito por Adrián Blázquez "El Señorío Episcopal de Sigüenza", Guadalajara 1988, pag. 259

[3] Constituciones Sinodales del Obispado de Sigvenza hecas por el Illvstrisimo y reverendisimo señor Don Bartolomé Santos de la Risoba, obispo y señor de Siguença y recopiladas por el mismo las de sus predecesores (Alcalá, por Fr. Diego García, año de 1660)

[4] Archivo Catedral de Sigüenza, Fondos Hospital de San Mateo, Legajo Niños. Año de 1550 al de 1606

[5] Archivo Catedral de Sigüenza, Fondos Hospital de San Mateo, Legajo Hospital de Nra. Señora de los Remedios de los Niños Expósitos desde el año de 1606 asta 1638 En portada interior: Libro de cuentas de la renta y hazienda y gastos del Hospital de Nra Señora de los remedios de los niños expositos desta Ciudad de Siguenza el qual hizo hazer el Señor Licenciado Don Pedro de Paredes, Arcediano de Medina y Canónigo de la Sancta Yglesia de la dicha ciudad de Siguenza siendo administrador del el dicho Hospital por los Señores Dean y Cabildo de ella, patronos protectores y defensores de el. Comienza este libro con la Cuenta del Año y Fructos de MDCVI

[6] Archivo Catedral de Sigüenza, Fondos Hospital de San Mateo, Legajo Niños desde 1639 hasta el de 1679. En portada interior Libro de Cuentas de la Renta y Hazienda y gastos del Hospital de Nra Señora de los Remedios de los niños expositos desta ciudad de Siguenza. Comienza este libro desde 1º dia del mes de julio de 1639 siendo aadministrador el Señor Don Cipriano Gallego, prior y canonigo en esta Sancta Yglesia

[7] Archivo Catedral de Sigüenza, Fondos Hospital de San Mateo, Legajo Niños. Año 1680 al de 1745

[8] Archivo Catedral de Sigüenza, Fondos Hospital de San Mateo, Legajo Niños expositos. En portada Niños expositos. En portada interior: Libro para formar las Quentas de la obra pia de los Niños Expositos del Santo Hospital de San Matheo de esta ciudad de Siguenza desde 1º de julio de (17)45 en adelante, siendo administrador el Señor Don Antonio Navarro, Dignidad de Arcediano de Almazán, canónigo de esta Santa Yglesia

[9] Archivo Catedral de Sigüenza, Fondos Hospital de San Mateo, Legajo Hospital año de 1578 al de 1606

[10] Archivo Catedral de Sigüenza, Fondos Hospital de San Mateo, Legajo Cuentas del Hospital de S. Matheo año 1606 al de 1642. En portada interior: Libro de quentas de la hazienda y renta del Hospital de San Matheo de la Ciudad de Siguenza, el qual hizo hazer el señor licenciado don Pedro de Paredes, arzediano de medina y canonigo de la sancta yglesia de la dicha ciudad el año de MDCVII siendo administrador del dicho hospital por los señores dean y cabildo de la sancta Yglesia patronos y protectores de el.

[11] Archivo Catedral de Sigüenza, Fondos Hospital de San Mateo, Legajo Hospital. año 1643 al de 1686

[12] Archivo Catedral de Sigüenza, Fondos Hospital de San Mateo, Legajo Pobres enfermos Hospital año 1687 a 1719. En portada interior: Libro de las Rentas del Hospital de San Matheo a el qual se dio principio siendo su administrador el Señor Don Gerónimo del Holmo y Manrique, chantre y canónigo de esta santa Yglesia año de 1688 = tiene 420 oxas

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