Called from/Referenciado desde: La Virgen de la Victoria del Portal Mayor

Algo de Misterio

Si la historia anterior sobre los avatares de la imagen que preside el Portal Mayor de Sigüenza es curiosa, mas lo será si consideramos la historia del fundador de la capilla y por ende la de su casa. Aunque hay numerosas lagunas, recojamos algunos testimonios que iluminarán algo la cuestión. Prevengo al lector que mi investigación es muy limitada en su alcance y que todo es de mi cosecha. ¡Y que a medida que avanzamos, la cosa se va complicando!

La plaza del Portal Mayor, en enero de 2003
La plazuela del Portal Mayor en el invierno del año 2003

Una casa con su aquel

En Sigüenza, en la plazuela del Portal Mayor, uno de sus más típicos rincones, existe una fachada que denota haber sufrido pocos cambios desde el siglo XVIII. En la memoria popular es conocida como “la casa del marqués” y puedo atestiguar personalmente que dicha afirmación es cierta, y no uno de tantos motes absurdos a los que tan aficionados son en los pueblos: se trataba de Agustín de Figueroa y Gamboa, Marqués de Santo Floro. Esta fachada no es más que un fragmento de un gran caserón que comprendía lo que hoy son tres casas diferentes: la que nos ocupa (Plaza del Portal Mayor nº 14) y a sus espaldas las viviendas números 37 y 39 de la calle Valencia. De éstas últimas la que hace el número 39 y está más cercana a la Puerta del Portal Mayor es la que comparte elementos estructurales y decorativos con “la casa del marqués”. En el caso de la casa del número 37, es dudoso que conserve elementos originales, aunque algún detalle como el vestigio de ventana geminada de gran primitivismo que poseía en su medianera norte nos indicaba que era anterior al siglo XVI. A lo largo de ésta breve exposición, trataré ambas viviendas (plaza Portal Mayor 14 y calle Valencia 39) como una sóla, para intentar reconstruir en lo posible su pasado.

La casa en la actualidad
La casa de interés; hace la número 17 de la calle Portal Mayor,
aunque campee sobre su dintel el número 22. Imagen Agosto 2007

A modo de anticipo

Lema pintado a la manera de los antiguos vítores que resume las etapas palaciega, universitaria y conventual del edificio

Mandada colocar por su actual propietario, aparece, junto a la puerta de entrada, una leyenda en letras romanas de color sangre de toro que recuerda algunos hitos en la historia de la mansión. Dice así:

DESDE EL S. XVI
COMO PALACIO EL PODER CONOCI
COMO UNIVERSIDAD AL SABER SERVI
COMO CONVENTO A DIOS ROGUE POR TI

Espero en los textos que siguen explicar el significado de la leyenda anterior.

Los constructores de la casa

El primer propietario del que tenemos abundantes datos es Pedro González de León (+ 3 de noviembre de 1558). Este banquero/empresario era uno de los “pesos pesados” de las finanzas de la época [1]. Con sede en Valladolid [2], había llevado entre sus otros muchos negocios, la administración de las minas de Almadén o las Salinas de Atienza, por entonces una muy lucrativa empresa. Quizás porque el dinero no era problema para él, quizás por cercanía, quizás por gusto, el caso es que decidió construirse una morada no muy lejos de sus salinas [3], en la ciudad de Sigüenza. Para ello escogió una gran casa en el corazón del que apenas unos pocos años antes había sido el barrio judío.

A pesar de la importancia de dicho personaje en su día, hoy su recuerdo se ha desvanecido completamente en la ciudad. Nada recogen los libros de historia local, su nombre nada dice al ciudadano.

Sin embargo, lo que el seguntino de a pie quizás desconoce es que a Pedro González de León le debemos uno de los lugares más característicos y emblemáticos de la ciudad, la capilla de la Virgen de la Victoria, situada sobre la Puerta del Portal Mayor. Y a cambio de edificarla sobre suelo público -y la muralla indudablemente lo era en aquellos tiempos- la donó a la Ciudad, con la condición de que el ayuntamiento la conservase y mantuviese el culto en la misma. Incluso proveyó de una renta perpetua de 1.000 maravedís anuales para su mantenimiento.

La capilla de la Virgen de la Victoria vista desde la calle

Una buena pista: el escudo

Ya hemos hablado de Pedro González de León y de como es el primer propietario del inmueble del que tenemos noticia. Sin embargo, la casa carece de algún blasón que nos informe de tal hecho, cuando entonces incluso simples hidalgos alardeaban de sus linajes en sus portadas. En el caso de la fachada, no resulta extraño, pues data de 1748 y difiere grandemente de la que le precedió; gracias a los permisos municipales que tuvieron que gestionar sus propietarios en el siglo XVII, sabemos que estaba constituida por soportales y una puerta permitía subir al público hasta la capilla. Y el escudo que la adorna la fachada ahora se corresponde con el de su actual propietario.

Sin embargo, curiosamente es en el interior de la casa donde tenemos un escudo que se repite varias veces, fijado a los capiteles de las columnas toscanas que delimitan lo que en su día fue en hermoso patio interior.

Uno de los escudos idénticos de piedra caliza finamente tallada que se encuentran en el patio de la casa

En el escudo aparecen cinco águilas pasmadas dispuestas en aspa y en la parte superior del escudo, una corona, inspirada en los modelos propios de marqués o de duque. En la franja exterior del escudo o bordura se disponen flores de lis.

Antes de proseguir, aclaremos que dicho escudo no se corresponde con ninguna variante heráldica del apellido “González”, por lo que inicialmente se dirigieron mis sospechas a algún propietario del inmueble anterior o posterior a Pedro González de León. Sin embargo, de todos aquellos cuyo nombre es conocido, ninguno poseía como emblema la divisa que nos ocupa.

Sin embargo, la suerte acudió en nuestra ayuda. En un paseo por la localidad de Jadraque me resultó curioso observar lo que aparentaban ser variantes de nuestro escudo, solo o en combinación con otros apellidos. Los conjuntos resultantes van desde un modelo ejecutado en alabastro que muestra un cierto primitivismo, hasta modelos donde deja huella palpable el gusto barroco por lo recargado.

Escudo en alabastro situado en la calle Carnicería de Jadraque Escudo en calle Bibiano Contreras Escudo en calle Villaseñor

c/Carnicería [7]. Obsérvese que carece de la corona

esquina c/Bibiano Contreras con c/del Peaje

esquina c/Villaseñor con c/Mayor Baja

En los anteriores escudos podemos observar como se repite el anterior motivo, aunque con pequeñas variantes. Y leyendo sobre personajes que han dejado huella en la historia de Jadraque, se repite frecuentemente el apellido “Coronel”.

Para confirmarlo, emplearemos la definición en términos heráldicos del apellido Coronel, que según Fernando González Doria [6], en su Diccionario heráldico y nobiliario de los reinos de España, el apellido Coronel es aragonés. una rama pasó a Castilla y Andalucía. Sus armas son en campo de gules (rojo), cinco águilas de plata puestas en sotuer (en aspa), la del centro coronada de oro (amarillo), bordura de plata (blanco) con siete flores de lis de azur (azules). De todos modos, y para ser sinceros, diremos que algunos de nuestros escudos presentan la variante de estar presididos por una corona de corte ducal, que recibe el nombre de "coronel".

El escudo existente en el patio de la casa del Portal Mayor, con falso color El escudo existente en la esquina c/Villaseñor con c/Mayor Baja de Jadraque
Nuestro "escudo problema" Escudo de Jadraque, donde se han resaltado las armas de los Gutiérrez y los Coronel

El Almazán (Soria) también se estableció una rama de la familia Coronel, logrando importantes cargos de relevancia municipal. Aunque el tema es sugerente, no tengo datos que sugieran una relación entre los "coroneles" seguntinos y los adamantinos. De todos modos y a guisa de comparación, muestro los siguientes escudos procedentes de Almazán:

Escudo que presidía la fachada del número 6 de la calle Palacio, de Almazán. Pertenece a la familia Zapata-Coronel Escudo de los Zapata-Coronel en sepulcro conservado en la capilla de la Virgen
del Carmen, en la iglesia del Campanario.
Escudo que hace unos treinta años figuraba en la fachada de la casa nº 6 de la calle Palacio de Almazán. Dividido en dos mitades, en una las armas de los Zapata (5 zapatos) y en otra la de los Coronel (5 águilas) [4]. Escudo de los Zapata Coronel en sepulcro conservado en la capilla de la Virgen del Carmen, en la iglesia del Campanario (Almazán). Aquí el emblema de los Coronel se ha simplificado, reduciéndose a dos águilas [5].

Nuestros "Coronel(es)"

Con anterioridad hemos constatado la más que probable atribución del escudo que figura en las columnas de la casa que venimos estudiando con el apellido Coronel, que en la cercana localidad de Jadraque tantos blasones ha dejado.

Sin embargo, este apellido es notoriamente ausente de la lista de propietarios que se nos ha conservado a través de múltiples instrumentos de compra-venta. Y así desde el primer propietario, Pedro González de León y de una hija suya que heredó la propiedad, referenciada en los documentos como Ana de León. Así se nos informa en la escritura de venta [6] por parte del Colegio de Santo Tomás de Aquino de Madrid a Diego de la Lanza

A pesar de las averiguaciones anteriores, seguíamos totalmente atascados. Hasta que en un libro [8] sobre las minas de Almadén (de las que recordemos Pedro González de León fue arrendador) encontramos un dato curioso: Ana de León, hija de Pedro González, aparece igualmente nombrada como Ana Coronel.

El matrimonio tuvo tres hijas, como nos informa la anterior referencia. Según dicho autor, las hijas se llamaban Mencía de León, Ana Coronel y Maria. Como podemos apreciar, las hijas emplean el apellido "de León" o "Coronel" de manera prácticamente indistinta, al igual que había hecho su madre, omitiendo el "González" paterno. Aunque también podría interpretarse esto como un juego de apariencias o adaptación camaleónica según las circunstancias.

Este baile de apellidos no era para nada infrecuente en su época: alguien podía llevar el apellido de un antepasado más o menos cercano, tanto si era antepasado directo suyo o no, o usar uno de dichos apellidos con preferencia a los demás según las circunstancias.

Igualmente resulta llamativa la frecuencia con la que se repite el nombre de "María Coronel" en la época que nos ocupa. Así no era raro ver tres generaciones o más en una familia que contaban con una María Coronel entre sus miembros: abuela, madre, hija, nieta... Luego volveremos sobre la popularidad de dicho nombre.

La importancia de llamarse María Coronel

Al descubrir a quién pertenecían los escudos no podemos sino manifestar nuestra sorpresa al tratarse de las de María Coronel y no las de su marido. Soy lego en materia heráldica, pero se me antoja muy poco frecuente que uno de los empresarios más poderosos de la época, como era Pedro González de León, no pusiera su distintivo en la casa que habitase y sí las de su esposa.

Una posibilidad sería que la casa hubiese sido levantada con anterioridad al matrimonio de Pedro González de León y María Coronel. En esta hipótesis, el constructor habría tenido el apellido Coronel, siendo posiblemente un antepasado de María Coronel, de quien ésta habría heredado la casa. Al contraer nupcias, la casa habría pasado a poder del nuevo matrimonio. Esta hipótesis es sencilla, pero no existen documentos donde apoyarla o desmentirla.

Otra posibilidad sería que la casa fuese construida por Pedro González de Léon y María Coronel, pero que María Coronel estuviese entroncada con una familia más o menos linajuda, lo que la habría llevado a prestigiar sus apellidos sobre los del marido. Incluso cabe que este último fuese cómplice en este intento de ennoblecer su linaje, en una época en que pertenecer a la alta burguesía no conllevaba el ingreso en la nobleza. Esta posibilidad cobra fuerza si recordamos que las hijas de matrimonio llevan el apellido Coronel o en su defecto, el topónimo "de León", desapareciendo como por ensalmo el apellido González. Esta hipótesis puede encontrar un apoyo en el deseo evidente de emulación por parte de dicho matrimonio de algunas de las prácticas de la nobleza, como fue construirse un mausoleo para su enterramiento, estando ambos retratados de cuerpo entero en alabastro, en el convento de la Madre de Dios en Valladolid de la orden dominica. El escultor sería Inocencio Berruguete, sobrino del famoso Alonso Berruguete y debió ser de cierto mérito: resultaría destruido durante la ocupación [9] francesa de la ciudad entre los años 1807-1808.

Tanto si alguna de las hipótesis anteriores es cierta o no, está claro que el apellido Coronel era altamente valorado por los millonarios propietarios del edificio y el nombre de María Coronel entroncaba asimismo con una imagen de "mujer fuerte" en sentido bíblico (recuérdese el magnífico retablo mayor de la colegiata de Pastrana, dedicado a las mismas), lo cual explicaría la imposición de dicho nombre a tantas mujeres . Así, historias más o menos apócrifas nos relatan la existencia de varias "María Coronel" que comparten unas visicitudes a las cuales deben su renombre. Generalmente estos relatos narran las barbaridades que se veían forzadas a cometer algunas mujeres para defenderse de lo que hoy llamaríamos "acoso sexual masculino", donde el abusador era un individuo con grandes medios a su alcance (nobles, reyes) y al que era muy difícil resistirse.

La desesperación que producía dicha indefensión era tal que el modo de escapar de dicho acoso era autoinflingirse lesiones que provocasen una desfiguración que hiciese desistir al acosador: remedio terrible sin duda.

Las "María Coronel" pasarían a convertirse en un estereotipo de defensa de la propia voluntad frente a las imposiciones, y como tal estereotipo es difícil discernir lo verdadero de lo fingido (Wenceslao Segura González. Las varias María Coronel, Revista de Estudios Tarifeños, Año XII. Núm 46. Tercer Trimestre. Septiembre 2002) (enlace externo). Nótese que en varias historias el acoso proseguía incluso en uno de los ámbitos considerado por las mujeres de la época como un refugio seguro contra las acechanzas no deseadas de los hombres: beguinatos y vida consagrada. Las mujeres "huyen del mundo" acogiéndose a comunidades religiosas, pero incluso allí les alcanzan las amenazas del exterior y ya no les queda más salida que la mutilación o el suicidio.

Los dominicos como el Guadiana

Sabemos que Pedro González de León realizó grandes mercedes a la Orden Dominicana, donándoles la casa donde residía en Valladolid para su conversión en el convento de la Madre de Dios, donde proyectaría su enterramiento. En dicho lugar sería donde profesaría su hija María. Es curioso notar que tras la muerte de Pedro González de León (3 de noviembre de 1558) sería en dicha casa donde sería conducido el 28 de agosto de 1559 el dominico Bartolomé Carranza, Arzobispo de Toledo, preso por la Inquisición, en un sonadísimo proceso.

No obstante sus excelentes relaciones con los dominicos, y como apunte curioso, sabemos que tuvo un pequeño desliz verbal en 1526, en el cual se le ocurrió opinar libremente sobre aquellos que eran condenados por la Inquisición. Es en ese "pequeño contratiempo" donde quizás pudiéramos ver algún rasgo de Protestantismo en nuestro personaje, que no en vano era de Valladolid.

En el apunte correspondiente al año 1555 en un "Libro del Dinero" catedralicio, aparece Pedro González de León como propietario de la casa, palomar y vergel. Tras la muerte de Pedro González de León en 1558 su hija Ana Coronel debió de poseer la casa de Portal Mayor en usufructo. Así el monasterio de Santo Tomás de Aquino en Madrid afirma [10] que heredó dichas casas a la muerte de Ana de León. ¿Cuando ocurriría tal cosa? Lo que sí sabemos es que dicho monasterio las vendería a Diego de la Lanza el 1 de agosto de 1601.

¿Más banqueros todavía?

De 1573 tenemos una oscura referencia [11] -oscura por lo intrincado de la caligrafía, que procuraré desvelar cuando me dejen- que nos habla de unas casas embargadas por un banquero genovés de nombre Constantin, administrador de las Salinas del Reino, en la que en un apunte lateral que dice "Casa del arquillo del Portal Mayor" menciona que alindan con vergel de ... del señor don Pedro González de León, con casas del ... Juan Pérez y asi corral.... ¿Un arrendatario de las salinas embargando los bienes del anterior arrendatario en 1573? Es perfectamente posible, pues Constantín Gentil aparece [12] como un poderoso banquero genovés, que disfrutaba en 1574 del arrendamiento de las salinas.

Transcurridos apenas cinco años del embargo anterior, nuevamente tenemos noticias de un pleito sobre la casa. De 1579 data un pleito [13] ante la justicia ordinaria entre el Cabildo catedralicio y un particular, un tal Diego de la Cuesta, que a lo que parece había conseguido el inmueble de uno de los administradores de las salinas de la Olmeda, en este caso un tal Juan de Segura.

Finalmente y para cerrar esta etapa que podríamos denominar inicial, recordar que el Monasterio de Santo Tomás de Aquino de la Villa de Madrid vende la propiedad a Diego de la Lanza el 1 de Agosto de 1601.

Bibliografía

[1] Ramón Carande, Carlos V y sus banqueros Revista de Occidente 1943-49

[2] Quizás no siempre había sido así. En una fecha tan temprana como 1495 figura un personaje homónimo como residente en Sigüenza. Archivo General de Simancas. Registro del Sello de Corte. 149502, legajo 464, fecha 23 febrero de 1495

[3] Sabemos que era administrador de las salinas de Atienza ya en 1496. Archivo General de Simancas. Patronato Real 834-1851

[4] Teógenes Ortego, Almazán, ilustre villa soriana, Soria 1973, página 28.

[5] Imagen tomada del artículo Heráldica en Almazán. Un fichero de escudos, incluido en el programa de fiestas "Fiestas de la Bajada de Jesús" en Almazán, correspondiente al año 2006. Autores: J. A. Márquez Muñoz, J. A. Vega Borjabad, J. A. Esteras Martínez

[6] Joaquín Saurin GEN-HISPANIC-L Tue, 03 Oct 2000 02:10:31

[7] Escritura de venta de casas, 1 de agosto de 1609. Legajo 71, Archivo Catedral de Sigüenza.
Sepan cuanto esta publica escritura de venta y enagenacion perpetua vieren como nos el prior y frailes y convento del colegio de santo tomas de aquino de esta villa de madrid de la orden de nuestro glorioso padre santo domingo [...] otorgamos y concedemos por esta presente carta que vendemos y damos en cuenta real de por juro de heredad (folio ii) para agora e para siempre xamas a diego de la lanza, vezino de la ciudad de siguenza para el y para sus herederos y sucesores y para quien ... a saber unas casas principales que este dicho convento tiene y le pertenecen y las (h)ubo y (h)eredo de doña ana de leon, hija que fue de Pedro G(onzalez) de leon, vecinos de la dicha ciudad, que son y estan en la dicha ciudad de Siguenza, arrimadas al muro y sobre la puerta de la ciudad donde dicen el portal mayor.

[8] A. Matilla Tascón y el Consejo de Administración de las Minas de Almadén y Arrayanes, Historia de las Minas de Almadén. Volumen I, Madrid 1958 Cita número 54. A.H.N. Ordenes Militares. Archivo de Toledo, exp. 42.472.
Pedro González de León, cuñado de Juan de Salvatierra, era vecino de Valladolid. Casó con doña María de León, también de Valladolid; por otro nombre, doña María Coronel Tuvieron tres hijas: doña Mencía de León, doña Ana Coronel y doña María; ésta última, monja en el Monasterio dominico de la Madre de Dios, de Valladolid. Don Pedro Murió el 3 de noviembre de 1558 en la casa real que estaba junto al Monasterio del Abrojo, próximo al lugar de La Laguna (actual Laguna de Duero, Valladolid). Otorgó testamento ante el escribano de dicho lugar Antonio de Morales. A. S. Expedientes de Hacienda, leg. 537, pieza cuarta.

[9] Mateo Martínez Fernández, Alojamiento de tropas francesas en Valladolid (1807-1808) en La Guerra de la Independencia y su momento histórico. Santander 1982

[10] Sepan cuantos esta carta de reconocimiento de censo perpetuo vieren como yo Diego de La Lanza, vecino de la ciudad de Sigüenza digo que por cuanto Pedro González de León, difunto, vecino que fue de esta ciudad impuso y cargó en favor de dicha ciudad mil maravedís de censo perpetuo en cada un año y se obligo a pagarlos a esta ciudad por el día de San Juan de Junio de cada un año y los situó y señaló  sobre las casas principales que tenía y dejó en esta ciudad que están pegadas a la puerta del Portal Mayor  de ella de que se hizo y otorgó escritura de censo perpetuo con las condiciones, cláusulas y obligaciones que en ella se declaran y hacen mención que parece se hizo y otorgó ante Antonio Lucio escribano de Su Majestad su fecha en la ciudad de Valladolid a veinte y cinco días del mes de julio del año de mil y quinientos y cincuenta y dos y por fallecimiento de el dicho Pedro González de León sucedió en las dichas casas el monasterio de Santo Tomás de Aquino de la Orden de los Predicadores de la Villa de Madrid a quien el dicho Pedro González dejó,  y teniéndolas y poseyéndolas el dicho monasterio las tuve y compré yo el dicho Diego de la Lanza del dicho convento de que me otorgaron escritura de venta y en virtud de ella he tenido, tengo y poseo las dichas casas y  [pasa a reconocer el censo impuesto sobre las mismas] (Archivo Municipal de Sigüenza)

[11] Sobre la casa del arco del Portal Mayor que embargó el genovés Constantin, administrador general de las salinas del Reino por la majestad del Rey, 5 de julio de 1573, Legajo 70, Archivo Catedral de Sigüenza

[12] I. A. A. Thompson, Gobierno y administración en la España de los Austrias. Ed. Crítica, 1981, p. 109

[13] Causa civil sobre la posesión de las casas de Diego de la Cuesta, de que será dueño el Cabildo, contra quién se pidió. Esta es la casa grande del arquillo del Portal Mayor, 4 de agosto 1579, Legajo 154, Archivo Catedral de Sigüenza

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